B. Albalat psicología

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El largoplacismo

Tiempo aproximado de lectura: 2 min

Largo plazo significa que el plazo que voy a utilizar para desarrollar o conseguir algo va a
ser prolongado en el tiempo.


No nos suele gustar esperar para conseguir las cosas y de hecho muchas veces es uno
de los motivos principales que nos llevan a abandonar algo perdiendo así la oportunidad
de conseguirlo. Solemos preferir tener las cosas rápido o lo más pronto posible para sentir
la satisfacción de la manera más inmediata posible y disfrutarlas cuanto antes, y eso es
bastante lógico.


Es cierto que cuanto antes consigamos lo que queremos más rápido lo disfrutaremos,
pero (siempre hay un pero) la pequeña trampa es que las cosas que alcanzamos
rápidamente no suelen dejar una gran resaca emocional es decir la sensación placentera
viene rápido y se va rápido. Y hay que saberlo.


No está en el resultado el bienestar, sino en el rato que nos lleve conseguirlo porque si
queremos que el «estar a gusto» nos dure hay que estar en el «yendo».

Hay que buscar cosas que nos ilusione alcanzar, que nos lleve a planear la manera de conseguirlo y que nos imaginemos en un futuro habiéndolo conseguido o por lo menos habiéndolo intentado.
Que nos cueste un poco de esfuerzo vaya.


Por ejemplo, si tengo mucho dinero y me lo gasto rápidamente me lo pasaré bien o
disfrutaré de lo que me haya comprado con él, está claro, pero me durará poco el placer y
luego necesitare más para volver a sentirme así.


Esto como norma no funciona, porque si no consigo más, me pondré nerviosx y triste, y
seguramente me arrepentiré de no haber pensado las cosas dos veces y haber administrado mejor el dinero. Bueno, podemos pensar “que me quiten lo bailao” ,pero lo que está claro es que el dinero ya no lo tengo.


La vida placentera es largoplacista.
No corras, no seas impaciente, no funciona.


Piensa si vas a tener el tiempo y las ganas de mantenerte ahí en eso que persigues.
La vida es un «yendo» y en ese «yendo» hay que estar todo el rato. Sí o sí, va a haber
aburrimiento, hartazgo, sensación de no avanzar, complicaciones… porque si no hay Yin
no hay Yang.
Quizá el truco este en decidir con tranquilidad lo que queremos o deseamos, lo que nos
sienta bien en cada momento, lo que nos parece fundamental para nosotros, para estar a
gusto. Esto a veces no es fácil y hay que repensar.


No perder de vista mi «para qué”.
Entrenar en saber esperar que las cosas vayan encajando con cuidado, con tranquilidad, con confianza.
Es importante saber medir nuestras fuerzas para no rompernos, porque entonces quizá lo
consigamos pero no podremos volver a repetirlo o mantenerlo mucho tiempo.

Es importante poder mantener los procesos que elijamos utilizar.

Aprende a reconocerte en ese agente de permanente cambio, en tus idas y venidas.


Saber qué cosas nos ayudan a autorregularnos, es decir, a hacer más bonita nuestra
vida en el día a día en el corto plazo.


Si queremos ser felices y llevar una vida placentera hazte largoplacista aunque el
cortoplacismo también funciona, hay que saber que solo dura un rato.

Artículo escrito por Begoña Peraita

http://www.psicologadevalencia.es

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