B. Albalat psicología

📍Valencia y 💻 online

Me doy asco

Me doy asco y a veces siento asco hacia algunas personas.

¿Se puede sentir asco hacia unx mismx o hacia otras personas?


El asco es una emoción. Vamos a hablar de ella y de porqué la sentimos.

La emoción es la consecuencia de la particular valoración automática que cada uno de nosotrxs hacemos de lo que tenemos delante en ese momento y que nos ayuda a decidir cómo responder ante eso.


El asco aparece cuando en esa particular valoración, hemos llegado a la conclusión de que tenemos que alejarnos de ahí. Porque eso que tenemos delante, lo que sea, no es bueno para nosotrxs, puede
contaminarnos y podemos enfermar o matar.
La supervivencia tira mucho.


Podemos sentir asco, incluso náuseas o arcadas, ante un olor, un sabor, la visión de algo, su tacto o incluso solo al imaginarlo.
La utilidad de esta emoción, para lo que sigue estando ahí, es para que rechacemos eso y nos alejemos lo antes posible.

Por ejemplo, de una manera instintiva, ante la visión de un vómito, nos tiramos hacia atrás. Cerramos la boca y la nariz y, si podemos, desviamos la mirada o cerramos los ojos. También solemos añadir alguna expresión tipo “¡qué asco!”, o interjecciones como “¡Ag!”.

Menos mal que está el asco. Aunque sea desagradable, si no estuviera, a saber lo que tocaríamos o comeríamos.


Pero también sentimos asco ante la presencia de algunas personas, ante las ideas de algunas personas, ante sus actos, y por supuesto, podemos sentir asco de nosotrxs mismxs, de nuestro cuerpo, de nuestras acciones, de nuestras ideas. Las despreciamos y nos despreciamos, y por lo tanto, también nos alejamos.

¿Cuántas veces has oído a alguien decir «me doy asco»?


Sin embargo, hay algo curioso que ocurre con esta emoción. Parece que desaparece o se mitiga de alguna manera cuando aparece el amor o la compasión.
Sentimos asco por el vómito de la mascota del vecino pero no tanto de la nuestra. De la caca del bebe ajeno y no del nuestro. Del olor corporal de alguien pero no del nuestro. Podemos ayudar a alguien que está enfermo o sangrando porque podemos sentir su dolor y entonces nos acercamos.

Creamos intimidad y compromiso por el otrx.


Así que la propuesta es, porqué no intentar dirigir esa mirada amorosa o compasiva que a veces surge hacia la otra persona, hacia unx mismo, para anular ese desprecio que a veces nos tenemos y nos silencia y así poder acercarnos a quienes somos.


Suena cursi, lo sé, pero el amor lo cambia todo.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies