B. Albalat psicología

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Lo natural es atractivo

Tiempo de lectura aproximado: menos de 5 min

¿A qué nos referimos con que lo natural es atractivo?

Hablamos de alimentos, de ejercicio al aire libre, de risas ajenas y de formas de ser.

Lo natural nos gusta y nos resulta atractivo. Y la razón es en realidad bastante sencilla: no nos sentimos amenazadxs por ello.

Las personas naturales nos resultan transparentes, con sus virtudes y sus defectos se convierten rápidamente en alguien en quien podemos confiar, parece que no tienen ese muro que a veces nos separa de aquellxs que tienen actitudes forzadas o fingidas.

Muchas veces las actitudes fingidas son en realidad una manera de ocultar la ansiedad social.

Personas que tratan de parecer más fuertes actuando sin dejarse llevar porque en realidad tienen miedo a lo que puede pasar o lo que los demás pueden pensar de ellas. Pero lo que acaba pasando en muchos casos es que los demás nos separamos de ellxs porque no acabamos de ver qué intenciones tienen para con nosotrxs.

Nos cuesta confiar en quien se guarda sus emociones, mide siempre sus palabras y no ríe nunca a carcajadas.

Quizá es por esto que existen dichos populares como «Lxs niñxs nunca mienten», dado que se comportan de manera natural (muchas veces porque aún no han aprendido todas las normas sociales) les otorgamos toda nuestra confianza.

Pero ser natural no es fácil, comportarse de esa forma significa dejar atrás el miedo a qué dirán lxs demás, qué pensarán de mi y sobretodo el miedo a perder a las personas que te rodean cuando empieces a ser tú mismx.

Saber trasmitir tus emociones no consiste únicamente en poder hablar de ellas cuando ya han pasado sino también en manifestar abiertamente cómo te sientes en cada momento y estar preparadx para recibir la respuesta de lxs demás.

¿Qué pensáis de esta frase? –> «Los chicos no lloran»

¡Exacto! Todxs sabemos que llorar es una característica tan humana como que es lo primero que hacemos al llegar al mundo, sin distinción de género.

Pero cuando te han educado en la creencia de que llorar es débiles (seas hombre o mujer) y que los débiles no consiguen nunca lo que quieren porque los demás les superan, llegas rápido a la conclusión de que llorar es algo que no debes hacer en público.

Esto es un error por lo que hemos comentado hace un momento, las personas que trasmiten sus sentimientos son mejor aceptadas socialmente y lxs demás confían más en ellxs por lo que tienen más probabilidades de convertirse en líderes si se eligieran democráticamente.

No se trata de sobre-actuar, porque al final esto siempre es detectado por lxs demás, si no de introducir en nuestro discurso frases como «Esto me hace sentir…», «Cuando me dices eso me siento…», » Me siento orgullosx de …» «Me avergüenza…»

Y ¿por qué no? mostrar nuestras emociones en público cuando realmente nos esté costando contenerlas.

Vamos a imaginar una situación hipotética:

Pedro es el encargado de un taller de coches en Valencia, tiene a varixs mecánicxs trabajando para él. Hace dos semanas a su mujer le diagnosticaron cáncer de mama y no quiso decirlo en el trabajo porque piensa que «Lxs chicxs se aprovecharán de que estoy pasando un mal momento para vaguear más y hacer chapuzas».
Como consecuencia de estar conteniendo sus emociones durante 8 horas cada día que pasa está más irascible y como consecuencia de eso tiene menos paciencia con sus empleadxs que están cada vez más cansadxs de él y que no entienden qué pasa. Han dejado de comunicarse con él como antes porque no está receptivo y cuando dudan en algo no le consultan a él sino a sus compañerxs, y esto muchas veces deriva en clientxs descontentxs.

¿Qué habría pasado si Pedro se hubiera comportado de forma natural?

Pedro es el encargado de un taller de coches en Valencia, tiene a 10 mecánicxs trabajando para él. Hace dos semanas a su mujer le diagnosticaron cáncer de mama y dado que se lleva bien con «lxs chicxs» decidió pedirles a todxs que se quedaran 5 minutos en la hora del descanso para contarles lo que le estaba pasando. Les dijo que estaba pasando un momento muy delicado, les habló de su mujer y de cuánto la quiere y de que está asustado y les pidió que tuvieran paciencia con él si en algún momento no daba el 100%. Quizá se le escapó una lágrima. Mientras hablaba todxs estaban más en silencio que nunca y al acabar algunxs le abrazaron, otrxs le dieron palabras de cariño. En las siguientes semanas todos los días recibió una atención especial, bromeaban más con él, le invitaron a almorzar con ellxs, le preguntaban por su mujer y le daban palabras de apoyo y siempre tenían palabras buenas sobre él. Además en el trabajo le cubrían cuando él estaba menos acertado y empezaron a hacer un mejor equipo.

Abrirse así ante lxs demás no es sencillo, es un acto valiente que lxs demás aprecian y eso te dará valor a nivel social. Serás más cercanx y más accesible.

Escrito por Begoña Albalat

www.psicologadevalencia.es

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